Hay días en los que todo se tuerce para el lado que no
queremos. Así comienza la historia de este pastel que nos apetecía preparar
para los chicos de Boig per tu, el musical
Preparé un red velvet en forma de corazón al que corté en tres capas con mi maravillosa lira.
Humedecido con almíbar, lo rellené con mermelada de grosellas negras y dulce de leche.
También lo cubrí con dulce de leche para emparejar la superficie y pegar el fondant…y aquí es donde empiezan los problemas.
Estiré más fondant y cubrí el resto del pastel, pensando
en tapar las juntas unas galletas super monas que había preparado unos días
antes.
Pero cuando las cosas se tuercen… se tuercen: las galletas cayeron al suelo y se partieron en mil
trozos!
No tenía tiempo, ni ánimos para preparar otras así que
aproveché el chocolate fundido sobrante del pentagrama para tapar las marcas
del fondant, y éste fue el resultado
Afortunadamente, durante las 2 horas que dura el musical
pude olvidarme de todas estas frustraciones.
12 niños (qué vieja estoy!!)… 12 jóvenes me contagiaron
su energía arrolladora cantando y bailando canciones que descubrí
recientemente.
Unas voces increíbles, una banda fabulosa sobre el
escenario, frescura, gracia, emoción… nos hicieron disfrutar a lo grande.
No sé si les alegrará que lo diga, porque entiendo que el
público al que está destinado es otro, pero a las niñas les ha encantado! Riendo, cantando, haciendo palmas…
Al salir nos encontramos al Joan, a quien ya conocemos de
“El Club dels Llops” (ya os hablaré de esta obra) firmando autógrafos junto a la Cristina, y
aprovechamos para entregarles nuestro detalle. Al menos, el dibujo de la luna
le ha gustado!
Era el último día en la sala Barts, pero me acabo de
enterar que seguirán en el Teatre Borràs a partir del 17 de marzo. Con vuestro
permiso, aprovecho este pequeño espacio para haceros una recomendación teatral.
Si os apetece pasar un rato divertido, y volver a
sentiros veinteañeros durante 2 horas…no os la perdáis!!!
Hasta la próxima función
Diana
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