2 de octubre de 2014

Crónica de un cumpleaños (I)

Que estoy un poco loca no es ninguna novedad, y que una vez al año mis hormonas se ponen de acuerdo para ponerlo en evidencia, tampoco.

Pero creo que ponerme a hacer temakis dulces cuando en la vida había siquiera atisbado cómo se preparan los originales, creo que es la evidencia indiscutible de que esto empeora año a año.


Y es que claro, la niña crece y la dificultad también.


En P3, para celebrar el cumple con la clase de Les Balenes, llevamos un bizcocho casero cubierto con nocilla y con la silueta de una ballena hecha con azúcar glass. Para su fiesta la temática era la misma pero, claro, había de esforzarme un poco más 



En P4 tocó ser la clase del Riu, y la dinámica fue más o menos igual: en lugar de azúcar glass, glasé real con tinte azul. Para la fiesta, una mariposa destinada, con suerte, al olvido. 




P5, además de compartir fiesta con 2 amigos, resultó ser la clase de Hansel i Gretell… y el primer cumpleaños que me encontraba a mí en casa, con mucho más tiempo para meterme en la cocina. 

El de la fiesta, ya lo conocéis todos…y si no, clicar aquí.

Primer curso!!! Mi niña se hace mayor, y más exigente, además de sumarse 5 niños a la celebración de la clase de Asia, un continente entero!! La idea original era hacer unos 27 o 30 cupcakes y colocarlos en una cesta como la que hice cuando fuimos a ver Gats en el Jove Teatre Regina

(pido perdón a los chicos de La Trepa por usarlos de gatos de laboratorio). 

Pero los niños están más grandes y son más conscientes de las cosas: todos quieren llevar su pastel.




Así que en lugar de una, preparé 7 cestas con masa brisa (gracias infinitas a mi socia Laura por su receta) para colocar 5 cupcakes  de colorines en cada una. 



Para decorarlos, la parte fácil fue pedir a la gente de Galletea que me imprimiera en papel de azúcar una serie de imágenes: un cerdo, una luna con el ideograma del cerdo del horóscopo chino (todos nacieron en 2007) y una foto del Taj Mahal.

Pero no podía dejarlo ahí, no. Tenía que complicarme un poco la vida: si no, no sería yo!
Se me ocurrió la idea de hacer temakis con arroz con leche y, en lugar de pescado, fruta. Otra vez he de darle las gracias a Laura que me hizo el arroz con leche en la termomix qué sería de mí sin ella! (sin Laura, claro, sin la termomix aún sobrevivo).
Mi idea era enrollar el arroz, con la fruta en el centro, tal como se hace con el método tradicional (o, al menos, eso es lo que se ve en youtube) y luego bañarlos en chocolate. Pero claro, mi mente es demasiado fantasiosa como para que mis ideas funcionen en la práctica.
En primer lugar, por mucho que intentara colar el arroz, quedaba demasiado líquido y, al no tener la hoja de nori que lo contuviera era imposible que cogiera la forma que yo quería.

Intenté hacerlos uno a uno utilizando un cortapastas redondo para darle forma, pero al quitarlo el resultado era el mismo. Menudo atracón de arroz con leche me di con mis intentos fallidos. Estaba de miedo!!!


A punto de renunciar, la vocecita terca de mi interior me gritó desaforadamente que la idea es que PARECIERA un temaki… no que lo fuera en realidad.
Así que puse manos a la obra con un ingrediente que hasta ahora nunca me ha fallado: el chocolate.  Lo fundí y, con un pincel, lo coloque en un molde que ya había usado una vez para hacer bombones rellenos de dulce de leche. 
Después de un ratillo en el congelador, los rellené con el arroz con leche, coloqué trocitos de fruta en el centro (fresas, kiwi, melocotón) y vuelta al congelador hasta el momento de ponerlos sobre los cupcakes



 
Arroz con leche 0, Diana 1






Para terminar, coloqué una tira de fondant en los bordes de las cestas, les hice unos recuadros con los nombres de cada niño, puse 5 cupcakes en cada una y listo! 



El viernes por la mañana la clase de Asia tuvo sus 7 cestas personalizadas de 7 niños que cumplían 7 años…

Os contaría que 3 días antes (el lunes por la noche) preparé unos 30 cupcakes , para que Lau compartiera con sus compañeros del taller de teatro que el martes presentaban su obra de fin de curso. 

(8 cabritas, 2 lobos, 3 vendedores y el resto de chocolate y punto)





O que el miércoles de la semana siguiente, llevé a su clase de música un Victoria sponge cake decorado para la ocasión… 

pero temo que mañana se aparezcan en mi puerta dos señores de bata blanca con un bote de pastillas en una mano y una de esas camisas que se cierran por detrás, con los brazos cruzados, en la otra.







Y aún me queda mostraros el pastel de su fiesta!!! Pero eso merece (o quizás no, pero yo prefiero creer que sí) un post aparte, así que... Continuará...

Hasta la próxima locura.

Diana


1 comentario:

  1. Buenísimo Diiii!!!!!!
    La cara del lobo se lleva tooooodos mis aplausos!
    Sos una genia maravillosa!

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