Ya estoy aquí otra vez,
con las manos vacías de pasteles (de momento), pero llenas de delicias para los
sentidos.
Lo que vengo a recomendar
es una obra de teatro hecha por un grupo de gente que nunca deja de
sorprenderme. Me refiero a “El Gat amb Botes”, de la compañía “La Petita”.
En un mundo donde las
nuevas tecnologías lo hacen todo mucho más fácil, más rápido, menos complejo, encontrarte
con gente que se toma el trabajo de pensar una adaptación que incluya
marionetas (diseñadas y creadas por ellos), juegos de luces y sombras, y hasta
un piano en medio del escenario, es un soplo de aire fresco para el cerebro. Y
si lo es para un cerebro adulto por el que ya nada se puede hacer, como el mío,
imaginaros lo que significa para el cerebro infantil!
Y es que al margen de la
adaptación del texto: divertida, ingeniosa, cargada de esos mensajes que tanto
nos facilitan el trabajo a las madres, lo que encuentro fabuloso es la elección
de los elementos que ponen en escena.
Algo parecido me pasó cuando
vimos “El Molinet Màgic” (en el mismo teatro, vaya casualidad). Pero allí me
sorprendió tanto descubrir que no soy el único bicho raro en el mundo con estas
ideas, que no fue hasta más tarde que caí en la cuenta.
En ambas, en mi humilde
opinión, creo que podemos encontrar las raíces del teatro. Teatro
puro en todo su esplendor.
Considero que es un
ejercicio increíblemente positivo para el cerebro infantil el centrar la
atención sólo en una parte de la escena, consiguiendo abstraerse de la realidad
que le sobra.
Como no quiero daros
muchos detalles de la obra, porque espero que podáis verla, os daré un ejemplo
de “El Molinet Màgic” que, lamentablemente, ya no está en escena.
El protagonista intenta
pescar en un rincón del escenario, que queda en penumbras. En el centro, aparece, desde arriba, el anzuelo y entran dos actrices con sendos peces marioneta que tiene un diálogo genial.
Imagináis lo que
significa para el cerebro interpretar, entender y disfrutar esta escena? La
cantidad de conexiones neuronales que se crean para ver a los peces nadando
bajo el agua?
O cuando explica cómo
consiguió la miel, y tú miras a tu hija y en sus ojos no ves bolitas colgadas
de un palo ni la mano que sostiene el panal o que mueve los brazos del muñeco…
ella sólo ve abejas, miel y al Yunan.
Y tú, madre, te enamoras…
te enamoras de esa gente que logra ese increíble proceso es su cabeza. De esa
gente que es capaz de hacer, con una coreografía, que te sientas sobre un barco en alta mar.
Definitivamente, es mágico!
Definitivamente, es mágico!
Esa misma magia se
puede encontrar en “El Gat amb Botes”, donde una actriz maravillosa (aaay!!!!
Cómo queremos a esta Alicia) da vida a un gato muy astuto. Y es tan buena, que
te olvidas que la conociste cuando era una niña “responsable,
assenyada i preciosa” que terminó robándote el corazón, o que te dejó la boca
abierta durante un buen rato la vez aquella que apareció en el escenario como el Puck
más sexy que he visto nunca. O donde además del
inigualable Gerard (como el hijo del molinero), Aina (como una princesa del
tipo de princesas que me gustan a mí), Roc (como un rey muy… bueno, como un
rey) y Ernest Fuster (pianista y narrador al que acabamos de conocer, pero al que
no le perderemos la pista), te puedes encontrar con una serie de personajes que
estos 5 chicos ponen en el escenario con la ayuda de marionetas, sombras,
música, cambios de vestuario… magia, pura magia!
Mi delicia de mamá de
hoy, es este guión de Marc Miramunt y Aitor Rodero, esta obra que os recomiendo para que disfrutéis junto a vuestros peques
y aprovechéis para compartir un buen momento que no termina con la función,
porque aparece cada vez que recordáis algún momento y lo revivís con los niños.
En la web del Jove TeatreRegina encontrareis la ficha técnica, los horarios y toda la información
necesaria para no pasar una tarde increíble.
Animaros!!! Y luego me
contáis qué tal.
Hasta la próxima función
Diana
Cómo siempre, me emocionas! Y además estoy totamente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!
Eliminar