Ay!!! Nosotras y el
teatro! Es una adicción… como el chocolate.
Y es que esta obra con la
que celebramos mi cumple es, absolutamente, una delicia.
Es como ese olor magnífico
que se expande por la casa cuando horneas galletas,
rodeado de la magia que crea la manga pastelera dibujando filigranas de glasé real.
O mejor aún!
Es como un bombón de
chocolate (pero de chocolate del bueno) relleno de dulce de leche.
De esos con
un aroma increíble que prepara tus sentidos desde el momento en que le quitas
el envoltorio, que al primer contacto con el paladar ya demuestra la calidad y
hace que tu cerebro transmita a todo tu cuerpo un claro mensaje: “Prepárate!
Que esto es bueno!”
Y entonces lo muerdes y el relleno se filtra, se escapa…
esparciéndose, expandiéndose…invadiendo la boca, los nervios, las neuronas, las
venas… invadiendo todo con esa dulzura tan particular que posee el dulce de
leche. O ese puntito ácido si estaba relleno con mermelada de arándanos, por
ejemplo.
Pues “El Somni d’Una Nitd’Estiu”, en la adaptación infantil de los chicos de La Trepa es, precisamente
así… como comerse un bombón de chocolate de los buenos.
Desde antes del inicio,
la escenografía te pone en alerta “Ey! Que aquí hay trabajo!”
A los que hemos pasado unas cuantas veces por el Jove Teatre Regina, esto tampoco es que nos sorprenda mucho. Pero recuerdo bien la primera vez que la vimos, que era la primera vez que pisaba este teatro, con una Laura de 5 años recién cumplidos y esa capacidad alucinante de suspender la incredulidad que se tiene a esa edad.
A los que hemos pasado unas cuantas veces por el Jove Teatre Regina, esto tampoco es que nos sorprenda mucho. Pero recuerdo bien la primera vez que la vimos, que era la primera vez que pisaba este teatro, con una Laura de 5 años recién cumplidos y esa capacidad alucinante de suspender la incredulidad que se tiene a esa edad.
Mis expectativas era
pobres: las marionetas y los espectáculos Super multitudinarios estaban muy
bien, pero el teatro “de verdad” escaseaba (en cantidad y CALIDAD!). “A ver qué
hacen con un Shakespeare”, pensé al clicar el botón Reservar Entradas.
Pero cuando vi esa escenografía,
la iluminación, el humo… me enderecé en mi butaca: “Se han tomado mucho trabajo
para ser una obra infantil! Esto promete!!” Y cumplió... porque al empezar el texto, el
movimiento, la INTERPRETACIÓN, en mayúsculas sí, me emocioné…durante toda la hora y media que dura
la obra.
Hadas, duendes,
enamorados, kilómetros de bosque recorridos, magia…mucha, mucha magia que te
deleita los sentidos. Una caricia al intelecto infantil y adulto que te endulza
el cuerpo entero… como el dulce de leche de los bombones.
No os cuento más, aún tenéis una oportunidad de verla.
No creo que los chicos del
Jove Teatre Regina se enfaden si os dejo el link de su página. Allí
encontraréis más información sobre esta obra (y otras), horarios, precio, y
hasta podéis comprar vuestras entradas. Sólo os queda un fin de semana más!!
Veréis cómo os encanta… y, si no, venís aquí y os quejáis.
Podéis acusarme de ser
poco objetiva…y tendréis razón. No lo soy, no puedo serlo. Me he enamorado de
esta gente que ilumina la mirada de mi hija en cada función. Que la emociona,
la hace pensar y soñar. Que le transmite y le traspasa tanta creatividad.
Hasta la próxima función!
Diana
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